Sin palabras. No sabría describir muy bien lo que viví el jueves 2 de Abril en el Palacio de los Deportes pero lo voy a intentar.
Llegamos al palacio sobre las 8, después de entrar fuimos mi amigo y yo a la puerta para entrar a pista para que el hijo de puta del portero, al que le habían avisado que nadie más entrara en pista, con nuestras entradas generales nos mandó a grada. Gracias a mi insistencia, y a la ayuda de una encargada logramos entrar y coger un sitio en décima fila por la parte derecha del escenario para disfrutar de The answer, que salieron a eso de las 8 y 20 con un sonido malísimo y con un público poco entregado en un Palacio en el que las gradas estaban vacías en ese momento, solo la pista se había llenado por completo.
La verdad es que la gente es majísima. Charlé con todo el mundo que tenía alrededor. Hola que tal, tan jovenes al concierto, nosotros somos de la Rioja, nosotros de Utrera como la Usun Yoon, toma un traguito de cerveza… me pasé de 8 y cuarto a 9 y media charlando y charlando con todo el que tuviera alrededor. Lo que más me gustó fue ver a gente de 40 años sorprendida al ver chavales, hubo uno al lado que nada más entrar me vió a mí, un chaval de 16 años con una camiseta de AC/DC, delante mío un montón de chavales.. empezó a llorar de emoción.
Respecto al «movimiento rockero», la verdad es que ví de todo: jevis de chapas y cadenas, chicas que parecían que se habían equivocado de concierto, chavales de 16 años ansiosos, pijos, metaleros, rockeros de pro, cuarentones, cincuentones, padres con hijos…. Hasta la Infanta. Hasta Javier Bardem. Dijeron por ahí que Pilar Rubio.
Me dí la vuelta a eso de las 9 y veinte y cuando vi todo lleno detrás mío casi me da un vuelco el corazón. Estaba en el pleno apoteosis. Cada segundo de espera eran 20 latidos más de corazón y un ataque de nervios brutal.
A las 9 y media y con el corazón en un puño empezó la tormenta, el huracán, la embestida total: después del gran vídeo de introducción y las explosiones el público entero se volvió loco y el pogo fue brutal. Todo el mundo coreaba ese incipiente clásico llamado Rock N’ Roll Train: simple y efectiva, acabamos en la 15º fila del shock y ya completamente sudados.
Estaba emocionadísimo viendo a un grupo en plena forma: Angus recorriéndose de lado a lado del escenario, Phil Rudd con buen sonido y un Brian entregado al público. A pesar de que Malcolm tuvo que ayudarle en un par de canciones gracias a unos problemas de micrófono de Brian, que parece que se arreglaron en The Jack. Brian sujeta todo el concierto, se nota de lejos, a pesar de que Angus es el mejor frontman de la historia él ya no puede sujetarlo todo y ahí está ese sesentero con pinta de camionero para levantar un estadio con sus grandes brazos. Grande.
Hell Ain´t Bad Place To Be, Shot Down In flames, Back in Black… caían las canciones y yo no podía caber más en mi éxtasis: mi compañero de batalla estaba en otro mundo, su primer concierto y desde la primera nota estaba tocando el cielo, aunque corrí el riesgo de quedarme solo cuando un grupo me llevó para hacer el baile del pato mientras a él le cogieron unos australianos con su bandera en la primera canción. Luego en Hell Ain´t Bad Place To Be nos volvimos a encontrar por suerte.
Con Thunderstruck ya llegué al cielo más infinito, cantar «thunder» a todo trapo todo el Palacio de los Deportes fue una de las cosas más grandes que haya vivido en mi puta vida, Shot Down IN Flames fue otro momentazo, vivir por primera vez el Streaptase de Angus y ese pedazo de solo que se marca es demasiado grande. El sonido retumbaba en mi cabeza (aunque podía haber sonado mejor). Estaba viviendo un verdadero vendaval.
¿El mejor momento del concierto? TNT. Otro de los momentos que se me han grabado con sangre. Ver a todo el mundo saltando y gritando «oi! oi!» es quizá de lo más impactante y genial que puedan ver tus ojos, yo ya estaba muerto, con el sudor de mi camiseta podía llenar varios calderos, mi largo pelo no era molestia para hacer headbanging y me dolían los dedos de tanto hacer los cuernecitos… La campana de Hells Bells me causó la mayor sonrisa que jamás haya dado.
Dos detalles: de las del Black Ice, además de Rock N’ Roll Train, fueron grandes Anything Goes al lado de You Shook Me All Night Long (de los mejores momentos del concierto) dejando claro que ahí AC/DC tienen una obra maestra, y WAr Machine, temazo, que animó a los superjevilones que tenía por delante y por detrás. Big Jack fue sin duda la canción más floja del concierto y Black Ice aguantó el tipo de buena forma.
En Whole Lotta Rosie tuve que hacer un sacrilegio. Parar. No podía más. Me quedé quieto a disfrutar del momento. Si algo hice air guitar en el último solo además de mover las piernas frenéticamente en el segundo solo. E Hice bien: porque ahí llegó el momento que se me va a quedar para toda mi vida. Let There Be Rock. Wow. Ver a Angus subirse a la plataforma, hacer su largo solo, hacer la rueda, llegar corriendo al escenario, subirse arriba, salir en la pantalla grande, señalarnos, gritarnos, señalarnos, gritarnos, mientras tocaba notas celestiales (mejor dicho, demoniacas) con su guitarra. Ya me podía morir ahí, ya había vivido todo.
Por último llegaron los bises que ya terminaron de dejarme en el nirvana: una efectiva Highway to Hell dejó paso a los cañones de For Those About To Rock, una canción que desde que ves en directo te suena diferente. En ese momento me pareció la mejor canción de la historia y ahora me podría parecer de las mejores. Empiezan a sonar sus notas en cualquier sitio y mi cuerpo se contrae, el recuerdo de concierto me llega y empiezo a motivarme solo.
Después de 2 horas, terminó el concierto, salí de los primeros, pagué 3 euros por una cocacola y me senté fuera, reflexionando, mientras veía pasar a la gente. había vivido un momento único. Miré a mi compañero que estaba en una situación parecida a la mía. Me levanté y me fuí, como si hubiera estado en el paraíso y luego habría vuelto a la tierra, a donde viven los mortales que no han visto a AC/DC. Pobres de ellos.